Antecedentes históricos de la Terapia Ocupacional.
Los primeros antecedentes se encuentran en oriente, ya en el año 2600 a.C. en China se hacía un uso especial del ejercicio físico y en Egipto en el año 2000 a.C. también se hacía un uso de la actividad
para favorecer la salud, y no meramente como diversión.
MacDonald señala que algunas de las primeras referencias escritas aparecen antes del año 660 a.C., así, Esculapio calmaba los delirios con canciones, relatos y música.
Galeno (129-199 d.C.) sugirió actividades como cavar, arar, pescar, etc,... Galeno que plasma cómo el entendía el "desempeño ocupacional" , en la siguiente frase: "el empleo es la mejor medicina natural y es esencial para la felicidad humana".
Frienland (1997) señala que la visión que tenía Aristóteles de la actividad, encierra en cierta media la esencia de la Terapia Ocupacional, según Aristóteles "el bienestar del alma es el resultado final de una deseable y satisfactoria actividad o acción".
Posteriormente, durante el Renacimiento y la Reforma, Thomas Sydenham prescribía montar a caballo para la gota, el cólico, el estreñimiento y el asma.
Según MacDonald (1972) en el S. XVIII y XIX bajo la influencia de la visión mecanicista del mundo que caracterizaba a la época, se inicia una división entre los ejercicios puramente mécanicos, dando lugar a la fisioterapia, y los ejercicios con interés ocupacional o mental, con significado para el paciente, pilar de la Terapia Ocupacional.
que una determinada persona realice una actividad (u ocupación) concreta tendrá unas repercusiones o consecuencias específicas sobre su salud. Estos aspectos también serán recogidos por algunos psiquiatras y psicólogos como Clark, Meyer y Luis Simarro en España.
Gracias a los ideales de la revolución francesa (igualdad, fraternidad y libertad), empieza a cambiar la visión de la sociedad hacia las personas que padecían enfermedades mentales y que sufrían de tratos inhumanos en los hospitales psiquiátricos.
Esta misma filosofía también subyace a una parte de lo que se conoce como tratamiento moral, y quizás sea ésta la razón por la que se vincula tan asiduamente a las raíces históricas de la Terapia Ocupacional. El tratamiento moral normalmente se relaciona con la liberación de las cadenas de los enfermos mentales, con una mejora en la calidad de los cuidados que estos recibían y una actitud de respeto hacia la persona enferma.
Pinel, Esquirol y Kraepelin han infundido la idea de la curación de las enfermedades mentales (Cardamone y Sisti, 1997).
Las prácticas que se intentaban evitar la reclusión, abandono y marginación por padecer una enfermedad mental como si de un demonio se tratase. Intentaba erradicar las ideas subyacentes a la enfermedad mental como castigo divino, que en último término condenaban al enfermo sin piedad, abandonándolo en los grandes hospitales. De tal suerte, que el tratamiento moral dará origen a lo que se conocerá como terapia ambiental.
El medico philip pinel, desatando o rompiendo las cadenas que aprisionaban a los pacientes psiquiátricos
Fernández Aguirre (1997) recoge que en multitud de trabajos se ha demostrado que el verdadero interés del tratamiento moral estaba en la organización del espacio hospitalario y no en el de otorgar libertad a los internados. Pero esto mismo se comenzó a hacer en los Hospitales Psiquiátricos de Zaragoza y Valencia.
Con la llegada de los hospitales de larga estancia, a finales del siglo XIX, los programas de terapia ocupacional decayeron a favor del modelo de tratamiento institucional. Los programas de terapia ocupacional volvieron a captar la atención profesional a mitad del siglo XX, por los resultados obtenidos en Gran Bretaña que indicaban que podían mejorar el tratamiento del paciente, reducir los efectos de los síntomas psicóticos y proporcionar una actividad productiva".
aparte de Pinel, existen otras figuras. Entre ellas cabe destacar a Samuel Tuke, en Inglaterra y a Benjamin Rush, en EEUU. Al igual que en Francia, en otros países los valores dominantes se revelaban contra la marginación que sufrían los enfermos mentales.
Por otro lado, en España según recoge Aguado (1995) será Pinel quién tome la idea del tratamiento moral, en el Hospital Psiquiátrico de Valencia y de Zaragoza, trasladando el régimen de actividades, que mayoritariamente eran actividades de cultivo del campo (también nombradas como "ocupacionales")
También Juan Ciudad y Duarte, en el S. XV, canonizado dos siglos después como San Juan de Dios, fundó una serie de hospitales, el primero en Granada en 1537. En estos hospitales llamaba la atención el trato humano que se dispensaba a los pacientes.
Pero no será el tratamiento moral, el único acontecimiento que influirá en la gestación de la Terapia Ocupacional, también la revolución industrial requerirá nuestra atención.
Este movimiento tuvo grandes repercusiones, entre ellas cabe destacar la estratificación social, los cambios en la división del trabajo, en las relaciones interpersonales, en el propio sentido del trabajo, la motivación para el mismo y su rendimiento. En general, hubo un cambio drástico en cuanto a la distribución del tiempo vital, así aumentaron desconsideradamente las horas laborales y se redujo al mínimo el tiempo dedicado al ocio (que no, tiempo libre). Además, se produjeron cambios en la estructura familiar y en muchas ocasiones un desarraigo a la propia tierra natal. Todos estos cambios traídos con la industrialización fomentaron una reivindicación de los trabajadores. En EEUU este movimiento fue denominado Movimiento de las Artes y Oficios que se inició en 1860. A la cabeza de este movimiento se encontraron John Ruskin, William Morris, Elizabeth Upham, Herbert Jones Hall. Este movimiento influyó sumamente en las primeras prácticas de la Terapia Ocupacional, que vio la actividad como medio para mejorar la sociedad, una vía para socializar a los marginados sociales, discapacitados físicos y enfermos mentales.
Mientras tanto en España la industrialización sólo cuajo en algunas provincias y comunidades, especialmente en Cataluña y Vizcaya. En el resto del país fracasó el tan esperado desarrollo industrial, y en su lugar se fomentan los latifundios y minifundios.
Tampoco hubo una revolución burguesa por el Antiguo Régimen. Y todo esto hace que existiesen actitudes sociales en la vida cotidiana y oficial que menospreciaran todo aquello que fuera reflejo de "ruralidad" (a diferencia del movimiento de las artes y oficios que se produce en EEUU), quizás porque llega a tomar la significación del "vergonzoso" retraso español del que se pretendía salir con la industrialización.
Ya desde los Reyes Católicos se puso especial empeño en separar a los pobres válidos (baldíos) y holgazanes de los inutilizados o sin culpa, castigando a los primeros y viendo de reducirlos al trabajo". Esta visión del trabajo como castigo cambiará con la Ilustración, en la que se utilizaba como un modo de "moralizar".
Laín Entralgo (1974) recoge que el 21 de julio de 1780 se dicta una Real Resolución sobre Instrucción y Aplicación de los "hospicianos a los exercicios, oficios y artes útiles al estado". Estas prácticas se materializaron en instituciones, normalmente asilos.
Es con Carlos III cuando se inicia un plan de beneficiencia pública y se construye el Hospicio de Madrid. Con el reinado de Felipe VI se siguen construyendo hospicios y se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País, la primera de ellas en 1765, siendo una de sus funciones la de combatir la ociosidad de los pobres y desterrar la mendicidad, dando instrucción y educación a los niños "desvalidos". Con otro objetivo distinto "se organizó la Casa Galera para recoger las mujeres públicas y convertirlas por medio del trabajo.
En el último periodo del siglo XIX, en 1887 se crea un Asilo para Inválidos del Trabajo. Con el transcurso de los años en 1922 nace el Instituto de Reeducación Profesional de Inválidos del Trabajo, alojándose en el mismo edificio que el Asilo para Inválidos del Trabajo, en un Palacio que pertenecía al Marqués de Salamanca, situado en el barrio de Vista Alegre de Madrid.
Tan solo unos años antes, con la Primera Guerra Mundial, surge profesionales sanitarios que intentan responder a las necesidades creadas por los heridos de la guerra, conocidos como "auxiliares de rehabilitación", cuyo objetivo era acelerar el proceso de recuperación de los mismos, y tal y como recogen Hopkins y Smith (1998), "promoviendo el contento y creando una atmósfera hospitalaria más placentera durante el tiempo de convalecencia, ocupando las manos y las mentes de los pacientes en objetivos provechosos". En la década de los años 20, comienza expandiéndose la Terapia Ocupacional creando distintas escuelas.
El nacimiento exacto de la Terapia Ocupacional es admitido en el año 1917, formalizado con la creación de la National Society for the Promotion of Occupational Therapy, en Clifton Springs (Nueva York) por George Edward Barton,Thomas Bissell Kidner, William Rush Dunton, Eleanor Clarke Slagle, Susan Cox Johnson y Isabel Newton, que hoy son conocidos como los fundadores de la terapia ocupacional.
El nombre de Terapia Ocupacional lo eligió George E. Barton, un arquitecto, que llegó a interesarse por la disciplina a causa de un ingreso hospitalario por tuberculosis. Él fundó la "Consolation House".
Los factores comunes que todos los fundadores señalan de la Terapia Ocupacional es el reconocimiento de la importancia de la actividad para distraer al paciente del dolor, ansiedad, aburrimiento, para organizar la vida diaria, para mantener o recuperar la fuerza y resistencia física, así como por contribuir a la salud mental.
En estos primeros pasos de la profesión se entiende que a pesar del valor del "hacer" no sirve cualquier actividad, sino que esa actividad tiene que tener una alta relevancia y significado para el individuo, de otra forma se desvirtúa la disciplina.
Pero no será hasta la Segunda Guerra Mundial cuando realmente cuaje esta disciplina. Con todos estos hechos históricos se introduce el uso de la ocupación como terapia en los discapacitados y enfermos físicos, buscando la readaptación profesional, lo que hace especializarse y profundizar a la disciplina en el enfoque biomecánico y más organicista.
A partir de los años 50 con la epidemia de poliomelitis y las secuelas de la parálisis cerebral el terapeuta ocupacional comienza a trabajar en el ámbito del neurodesarrollo y comienza a aplicarse también con la población infantil. Además, con la entrada de los antibióticos, surgen enfermos crónicos a los que también se ve necesario aplicar la terapia ocupacional.
con el movimiento comunitario, en los años 70 y 80 se inicia un proceso de cambio con el retorno a los orígenes de la filosofía de la Terapia Ocupacional, buscando el valor y significado que la ocupación tiene para el individuo.
Así, el objeto de estudio de la Terapia Ocupacional es la ocupación humana y su uso como terapia. Gracias al paso del tiempo, como otros autores relatan, lejos estamos de "aquel hacer por hacer", del simple "gente parada malos pensamientos". Hoy la Terapia Ocupacional, también en España, se crece como una disciplina científica, cuantitativa y cualitativamente, que es necesaria y válida para el momento socio - histórico en el que vivimos.